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onocer los orígenes de nuestra ciudad no deja de ser, debido a la escasez y dispersión de la documentación, una experiencia que frustra y apasiona a la vez. En esta página no podemos sino exponer algunas de las tesis y datos de los que hemos tenido conocimiento, con la esperanza de que, en un futuro no muy lejano, se lleve a cabo una investigación rigurosa que arroje más luz sobre nuestros orígenes.

                       La zona en la que hoy se asienta Moral de Calatrava se cree que fue habitada en el Paleolítico Medio, como lo atestiguan diversos objetos encontrados en las proximidades  de la cueva de la Mora. Hubo posteriormente un asentamiento paleolítico en las proximidades del río Jabalón, del que también se conservan algunos valiosos objetos.

                       De la dominación romana existen varios testimonios, como el paso de la vía transversal desde Mérida hasta Levante y el probable basamento romano de la actual iglesia parroquial, cuya antigua función, por su extensión y solidez, nos hace pensar que pudo estar destinada al servicio público (horreum, casa de la curia, etc). La ermita de San Blas se cree también que fue en época romana una mansión construida al pie de la mencionada vía.

                       La existencia de Moral de Calatrava como núcleo urbano es motivo de controversia. Algunos autores afirman que en 1212 Moral era ya aldea dependiente de Almagro, alegando que D. Rodrigo Ximenez, Arzobispo de Toledo, afirma en sus Crónicas de España y de Las Navas de Tolosa:“Muchas gentes de Almagro, Moral e otros burgos e comunidades de Calatrava ficieron grande esfuerzo en aquella victoria” . Este dato da, pues, carta de existencia, así como la bordura en azul en su escudo de ocho aspas de oro, emblema que concedió Alfonso VIII, con privilegio y título de Muy Leales, a todas las comunidades y pueblos que acudieron en su ayuda en la batalla de Las Navas.

                       Hervás y Buendía, por el contrario, cree posterior su nacimiento, ya que ni Alfonso VIII, al señalar los términos y pertenencias de la Orden de Calatrava, ni el Papa Honorio III, al conceder al Arzobispo de Toledo (D. Rodrigo) las iglesias liberadas de los musulmanes, hacen mención de Moral de Calatrava.

                       Se carece de datos hasta el siglo XIV, en el que, según Hervás, consta la concesión de una licencia para la construcción de un molino en el Jabalón (conocido como el de Santiago) por el Maestre Alvarez Pereira al vecino de Moral Pedro Cáceres en 1386. Manuel Corchado Soriano, por otra parte, menciona la licencia y advierte el fallecimiento del Maestre el 15 de agosto de 1385 en la batalla de Aljubarrota y la imposibilidad de encontrar el citado documento.

                       En el siglo XV debió tener la aldea de Moral cierta importancia, como lo corrobora el nacimiento de los hijos del Maestre de la Orden de Calatrava D. Pedro Girón y, en particular, el que le había de suceder, en la concordia de 13 de junio de 1482, en el maestrazgo de la Orden D. Rodrigo Tellez Girón, que nació en 1454.

                       Entre los años 1535 y1544 se creó la encomienda de Moral, una más de las encomiendas nacidas en el Campo de Calatrava para sustituir a las de Acea y Otos, cuyos bienes habían sido incorporados al Real Sitio de Aranjuez. Durante este periodo debió conseguir Moral de Calatrava su independencia de Almagro ya que en 1565 se acometió la construcción de un puente sobre el Jabalón, cerca de la ermita de Santiago, exponiendo Felipe II ser de utilidad pública por ser camino entre La Mancha y Andalucía, conminando a los municipios de Daimiel, Almagro, Viso y Santa Cruz a contribuir a la construcción del mismo, demostrándose, con la mención de Almagro, que Moral gozaba de independencia. Reafirma esta teoría la batalla que, por motivos de preeminencia, tuvo lugar el 1 de marzo de 1579 en la fiesta de Nª Sra de Zuqueca. A raíz de estos acontecimientos y por sentencia de la Chancillería de Granada de 1581, se equipara la jurisdicción de ambos municipios en la ermita, a pesar de encontrarse ésta en la demarcación de Almagro. Granátula sería villa independiente en 1712.

                       Felipe IV, por cédula de 10 de junio de 1646, concedió a la villa jurisdicción en Primera Instancia, habiendo pagado por la consecución de este privilegio cada 15 años 30.600 maravedíes de plata y 33.405 de vellón. Cantidad pequeña en comparación con la riqueza que poseía la villa, por lo que se cree que la obtención de la potestad para impartir justicia se debió, principalmente, a la aportación de Moral de una importante fuerza al mando de D. Andrés García Espinosa, en la campaña para sofocar la sublevación de Cataluña en 1640.

                       En el siglo XVIII Moral gozaba de un buen desarrollo económico debido a la producción de verduras y hortalizas, al abrigo natural de sus cerros. Algunas legumbres, como las habas, y las verduras, especialmente la lechuga y la col, eran primicia en las poblaciones de nuestro entorno. La producción de vino se estimaba en 15.000 arrobas y la de aceite en 30.000. La ganadería contaba con 10.000 cabezas de ganado bovino y 3.000 de caprino.


Durante la Guerra de la Independencia, en Moral de Calatrava se produjeron ataques al ejército francés en su paso hacia Andalucía protagonizados por el guerrillero valdepeñero "Chaleco". La Gaceta de Madrid, publicación de la época similar a lo que hoy es el Boletín Oficial del Estado, refleja la estancia en esta localidad de José Bonaparte, rey impuesto en España por el emperador Napoleón.


En las Guerras Carlistas, la provincia de Ciudad Real tomó parte por el carlismo produciéndose, por este motivo, una desamortización llevada a cabo por el navarro Pascual Madoz que afectó severamente a Moral de Calatrava.
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                       El miércoles 15 de febrero de 1895 se publicó en la Gaceta de Madrid (página 551) el nombramiento de Moral de Calatrava como ciudad por la Reina Regente María Cristina.

                       En la primera mitad del XX se produjo el gran periodo de florecimiento en agricultura e industrias de transformación (bodegas y almazaras) y la explosión demográfica, favorecido todo por la llegada del ferrocarril (el trenillo del Moral), cuyas vías entraban hasta las bodegas. La luz eléctrica llegó a Moral el 23 de noviembre de 1904.

                       En la actualidad Moral sigue siendo una ciudad eminentemente agrícola, sector en el que se han hecho grandes inversiones, especialmente en regadíos, lo que, junto a la riqueza de la vega del Jabalón, propicia excelentes y abundantes cosechas de aceite y vino. Sectores como la construcción y la confección siguen en importancia al agrícola en esta población cuyo censo actual es de 5.247 habitantes.

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